Contenedor de Vida

Reconectándonos
con la vida.

Las vasijas de vida provocan muchas preguntas acerca de nutrir la vida y las múltiples formas de vida. Surgen curiosidades sobre las semillas, la nueva vida en el jardín, las plantas y su crecimiento.

Profundizamos nuestros encuentros cercanos con la vida en el jardín y sus habitantes mientras plantamos. Nuestras manos tocan la tierra húmeda y se sorprenden de las muchas criaturas que encuentran. Se colocan con cuidado pequeñas semillas en el suelo mientras lxs niñxs comparten historias de la vida que podría surgir. A medida que pasan las semanas, el color verde invade la tierra fértil.

La lluvia presente en estos días nos sorprende, pues observamos crecer cada vez más a las plantas y nuevos seres relacionándose en el mismo lugar.

Nos lleva un tiempo darnos cuenta de nuestras propias relaciones con la vida humeante del jardín.

¿Cómo nos relacionamos con otras formas de vida?

¿Qué seres vivos habitan el jardín?

Los insectos, grandes y pequeños, son abundantes. Decidimos prestar atención a cómo podríamos relacionarnos con ellos de manera que nos permitan experimentar fuera del cientificismo y continuar alimentando las complejas sensibilidades de vida-muerte que los niños han cultivado.

Nos acercamos a los movimientos mundanos y ordinarios que tienen lugar en el jardín. Interactuamos con diferentes criaturas y plantas y prestamos atención a los sencillos y cotidianos ritmos de convivencia en los que convivimos con el jardín.

Los chinches de madera son una presencia constante en el jardín.

Notamos sus constantes movimientos; pasan de estar extendidos a acurrucarse. Nos damos cuenta de su facilidad para cambiar de forma y su interacción simbiótica con la luz y el efecto de la luz en su transformación.

Lxs niñxs están intrigados por estas transformaciones y por la circularidad de su forma.

Utilizamos diferentes lenguajes, dibujo y corporalización, para crear proximidad con las formas de habitar el jardín del bicho bola.

Encarnamos los movimientos del bicho bola al mismo tiempo. Nos agachamos lo más cerca posible de la hierba y seguimos con cuidado el camino de un insecto de madera, mientras dibujamos sus movimientos y transformaciones.

Su color se mezcla con la tierra.
– Tomás

Tal vez tienen ese color porque comen tierra.
– Gustavo

¿Si tuvieran más colores podría mezclarse con las plantas del huerto?
– Manuela

Un dibujo colectivo se convierte en parte de la actuación. Un bicho bola gigante y colorido se junta a una gran maceta redonda que lxs niñxs usan mientras viajan por el jardín cantando y contando historias sobre la colorida criatura.

Observamos los movimientos y comportamientos del bicho, interactuamos entre diferentes sonidos interpretando la comunicación entre bichos bola, mientras imaginábamos como es una vida de bichos.

CIRCULARIDAD EN EL JARDIN.

Trabajamos a partir de la esfera, explorando su forma y transformaciones. Nuestras manos — casi intuitivamente — van aplastando la arcilla y poco a poco creamos cuencos. El barro nos permite indagar desde su forma invitándonos a narrar historias mientras creamos el cuenco.

Pasamos largos períodos de tiempo creando relaciones vida-arcilla inspiradas en formas circulares que están presentes en el jardín.

Descubrimos la singularidad de esta forma en los objetos, frutas y animales que habitan este jardín y se conectan con nosotros en una comunidad: Pequeñas bayas doradas, bayas negras andinas, capulies, limones, chinches de madera, patitas redondas, pequeñas y grandes bolas de arcilla se convierten en los elementos con los que co-componemos nuestros procesos.

Circularidad en el jardín

Encontramos la circularidad en sus formas entre uvillas, higos, capulí, limones, moras y más.

CIRCULARIDAD:
DE LA FORMA AL CONCEPTO

A medida que comenzamos a buscar y recolectar lo que plantamos, lxs niños participan en rituales de compartir y reciprocidad: los higos se comparten, las moras se intercambian por capulies y las bayas doradas se regalan en agradecimiento por los limones que recibieron.

Para intensificar estas relaciones y rituales, invitamos a lxs niñxs a experimentar con economías circulares de dar y recibir. Pasamos intencionalmente de la circularidad como forma a la circularidad como concepto.

Trueque

Esta nueva economía relacional presiona nuestras habilidades para dialogar sobre lo que podríamos necesitar como un colectivo y cómo podríamos implementar procesos basados ​​en la reciprocidad, la mutualidad y la responsabilidad. Este diálogo está en el corazón de la economía relacional andina denominada “Trueque”.

Un Trueque es un intercambio que no sigue una lógica de jerarquía, poder o clase. Se basa profundamente en encontrar un intercambio justo y con valor mutuo.

A través del proceso de intercambio, nos encontramos con los números. El Trueque crea una relación diferente con los números a medida que lxs niñxs encuentran su camino hacia estas economías y formas de estar juntos.

El trueque + los números

Creen que nos sirvan los números para el intercambio del trueque?
– Valeria

No, porque en el intercambio del trueque no hay dinero.
– Mateo

Pero puede servir para contar en tu cabeza 5 moras.
– Tomás

La necesidad de intercambiar equitativamente nos permite usar los números como nuevo lenguaje.

La taptana

Invitados a pensar matemáticamente, utilizamos una antigua tecnología Cañari para hacer nuestros cálculos. Usamos la taptana como herramienta contable para nuestro trueque.

Mediante el uso de la taptana y el trueque, abrimos intencionalmente un espacio para interrumpir los modos capitalistas más comunes de relacionarse con las economías y sus transacciones.

La circularidad y reciprocidad en este proceso de recolección nos sensibilizan hacia el mundo y sus relaciones mutuas y recíprocas. Lxs niñxs se involucran en estos actos de reciprocidad: dejar comida para la pachamama, para los pájaros y otros animales con los que convivimos.

El Trueque empieza a
germinar

Inmersos en la circularidad e inspirados en múltiples trueques y en sus intercambios, lxs niñxs se proponen germinar y acompañar las semillas cosechadas en su nueva aventura de vida.

Regresamos a nuestros contenedores de vida y los preparamos para recibir las semillas que contienen vida.

Maíz, lentejas y fréjoles están listos para el trueque entre familias.

¿Por qué tardan las semillas en crecer?

¿Qué pasa bajo la tierra?

¿La semilla está sola?

Después de la germinación, la siembra y la plantación juegan un papel importante en nuestros procesos.

Mi planta ya creció, creo que estaba perezosa, por eso se demoró en salir.
– Mateo

Los dibujos de las plantas y su vida emergente nos involucran en diálogos sobre las formas de sembrar las semillas.

Vale: Cómo piensas qué es la semilla del guineo?

Son estas bolitas pequeñas.
Están adentro del guineo.

Encarnando
la vida de
una semilla



Emilio: Desde las cáscaras, Yo creo que hay que enterrar toda la banana.
Tomás: Yo digo que hay que sacar las semillas y siembras, las semillas están en el guineo y luego crecen y salen de una palmera.

Gus: Hice un experimento pero no funcionó , debes sembrar el tallo, debes cortar un trozo, cavas la tierra y entonces crece una banana.

Si comes una banana, tienes las semillas en la barriga.

Creamos una vaina de frijol larga, con tela que se extiende por el jardín. Lxs niñxs se sumergen dentro de la vaina mientras encarnan la vida de una semilla. Los movimientos lentos y delicados simulan una vida emergente. Esperamos dentro de la cápsula representando los movimientos de una vida por venir. El deseo de mirar hacia afuera, encontrar la luz y crecer se acumula dentro de la vaina.

Ahora que soy una plantita,
una mariposa se alimenta de mí.
– Ma. Victoria

El proceso de encarnar la vida de una semilla va más allá del desempeño para los niños. Se convierten en semilla, planta, fruto y entablan diálogos profundos sobre las múltiples relaciones a las que ahora están conectados.

Decidimos usar arcilla y dibujo como formas de realzar estos ricos diálogos

¿Qué forma tiene mi cuerpo semilla?¿Cómo me comunico con los otros? ¿Cuál es mi trabajo o rol como semilla?

Estas preguntas nos invitaron a relatar gráficamente dando inicio a un intercambio de perspectivas interesantes.

Gus: Cuando ponen una semilla aquí, entonces ella hace mucho más frutos, yo le doy semillas a todo el mundo.
Vale: Osea se conectan debajo de la tierra?
Gus: .

Tomás: Yo soy un árbol que vuela hago los arco iris, las plantas, a los niños, los pájaros, el sol, al cielo, a las raíces a la tierra, a las cuicas y a los bichos bola.

Mateo: Yo soy para que el jardín se vea lindo, soy una flor hecho arcoíris.

Después de semanas de compartir historias sobre la vida de las semillas, surge una pregunta:

¿Cómo sería el mundo si fuéramos semillas?


Dibujamos involucrándonos en la narración colectiva para pensar con estas preguntas. Las historias son complejas y nos enriquece sus abundancias. Es como si el jardín cobrara una nueva vida a través de los cuentos infantiles y, en el proceso, recreamos nuestras relaciones con ellos.

Un día crecí

Escrito e ilustrado por Victoria Álvarez

Vicky nos narra las conexiones que hizo en su vida con diferentes semillas y se fue encontrando en su camino con una variedad de amigos semillas y juntos vivirían historias misteriosas.

Mi primer día en el mundo de semilla

Escrito e ilustrado por Emilio Vega

Cuando yo era niño, luego me convertí en esta semilla, la semilla de fuego. Cambiaba de colores cada hora, luego el volcán explotó. Esto era otros árboles que crecieron ahí. Exploté y me hice este árbol.

Escuchamos los cuentos y dialogamos sobre las formas de vida y varias posibilidades de mundos de semillas imaginarios, nos damos cuenta que todos formamos parte como semillas en cada historia relatada.

Decidimos conectar nuestros mundos y aportar a cada uno gráficamente expandiendo y tejiendo redes que nos conectan unos a otros. Mientras dibujamos en un espacio del papel en un momento todos rotamos hacia la derecha donde nos encontramos con otro mundo dibujado, el que intervenimos generando nuevas lecturas en cada rotación.

El mundo de las semillas diferentes

Escrito e ilustrado por Tomás Cordero

Tomás nos cuenta que el era un trébol y un día se quedo dormido y se levantó en forma de muñeco de colores, otro día nuevamente se levantó transformado en una semilla X, cada vez se transformaba en una semilla diferente, volviendo a su forma de trébol inicial.

El Llamado de semilla

Escrito e ilustrado por Mateo Abad

Había una vez una semilla que creció dentro de otra semilla que la protegía. Mi semilla tenía muchos colores, y un fuerte viento la voló, tuve mucho miedo pero vi una luz y la seguí y al fín crecí, y la lluvía me cambió de color y hice muchos amigos árboles.

Yo debajo de la tierra

Escrito e ilustrado por Luciana Jerves

Hoy es mi primer día en la vida, tengo mucha sed y hambre. Y ahora estoy muy hidratada y quiero crecer hasta la luz. Ya por fin crecí y al sol conocí.

En esta nueva historia colectiva de mundos semillas nos conectamos con las historias de cada uno, compartiendo verbalmente mientras dibujamos, como lo hace Tomás al contarnos que su semilla esta dentro de otra semilla que la protege, inspirado en el cuento de Mateo.

Al regresar al mundo de partida se encontraron con nuevas historias, nuevos elementos, nuevos trazos que transformaron su mundo en mundo de todos.

Mundos, semillas
llenas de historias

Historias llenas de plantas, semillas, y amistades. Organizamos una celebración por las diferentes formas de vidas con una fiesta de semillas, en donde compartimos varios de nuestros diarios.